CBD y Sistema Inmunológico: una relación inesperada

La relación entre CBD y sistema inmunológico puede ser un poco esquiva, pero si consumes CBD o, al menos, te estas informando sobre sus efectos, seguramente sepas que, entre otros, tiene efecto antiinflamatorio. La inflamación como respuesta del cuerpo a determinados eventos y el sistema inmune esta estrechamente relacionada, pero esta no es la única relación que tiene con el CBD. Si quieres saber un poco más sobre los efectos de este cannabinoide en el sistema inmunitario, ¡sigue leyendo!

Índice

Sistema Inmunológico: una introducción no tan breve

El sistema inmune es quizá uno de los que el público general desconocía más su funcionamiento, al menos hasta la crisis del COVID-19. Esto se debe, quizá en parte, a su enorme complejidad. Es el principal encargado de proteger al organismo de sustancias que son ajenas a nosotros o peligrosas, tales como bacterias, virus, células cancerosas u otros antígenos. A continuación vamos a ver quién es y que hace dicho sistema.

¿Qué es el sistema inmunitario?

Para caracterizar un poco de quien estamos hablando, vamos a ver que partes de nuestro cuerpo tienen algún papel en esto. Los principales protagonistas van a ser, por un lado, los órganos involucrados, y, por otra parte, un conjunto amplio de células y proteínas distribuidas por el cuerpo. Comenzamos con los órganos:

  • Órganos linfáticos primarios: son esencialmente la médula ósea y el timo. Son los principales encargados de sintetizar y multiplicar los distintos tipos de leucocitos o glóbulos blancos.
  • Órganos linfáticos secundarios: son básicamente el bazo, los ganglios linfáticos, las amígdalas, el apéndice y las placas de Peyer. Su principal tarea es proporcionar un lugar para que las células del sistema inmune interaccionen entre sí y con los antígenos en caso de infección.

Todos estos órganos están conectados por el sistema linfático. Por él viajan todas las células muertas del organismo, sustancias extrañas, o células cancerosas y son dirigidas a lugares del cuerpo como los ganglios linfáticos donde son filtradas y eliminadas.

Por otra parte, vamos a presentar brevemente a los principales protagonistas celulares de este post:

  • Anticuerpos: son proteínas producidas por los glóbulos blancos que se adhieren a la superficie de los antígenos, los marcan y colaboran en su neutralización. Recordemos que un antígeno es cualquier sustancia detectable por el sistema inmune que despierta una reacción.
  • Leucocito (glóbulo blanco): Los hay de distintos tipos: monocitos, neutrófilos, eosinófilos y un largo etcétera. No te preocupes, porque no vamos a desarrollar aquí cada uno de ellos. Solo tienes que saber que en función de cuál sea desempeña distintos papeles, pero en general producen anticuerpos para marcar antígenos, los eliminan (ya sea neutralizándolos, fagocitándolos o eliminándolos por otras vías) y juegan un papel importante en la inmunidad adquirida.
  • Citocinas: son un conjunto de proteínas diseminadas y producidas por el sistema inmune que actúan como mensajeras. Su presencia y concentración desencadena unas u otras reacciones por parte del sistema.
órganos sistema linfático inmune

¿De qué se ocupa el sistema inmunitario?

Hemos dicho que la misión del sistema inmune es protegernos de sustancias que nos son ajenas. Cuando se detecta la presencia de algún antígeno, se arranca lo que se conoce como una respuesta inmunitaria normal, cuyos pasos comentaremos un poco más adelante. Puede darse el caso de desencadenar una respuesta en situaciones que no sean adecuadas, por ejemplo, en las reacciones contra partes del propio organismo (trastornos inmunológicos), o en las alergias, que son respuestas excesivas contra antígenos por lo general inofensivos.

Hay dos tipos de inmunidad que es necesario comentar antes de tratar el cómo lo hace. En primer lugar, tenemos la inmunidad innata. Es aquella que tenemos de serie, que de forma genérica reconoce y ataca antígenos. Intervienen en ella células como los monocitos, que son un tipo de glóbulo blanco que, cuando pasan de la sangre a los tejidos, aumentan de tamaño, se convierten en macrófagos y están listos para atacar cualquier bacteria y células extrañas que se encuentren en su camino. También intervienen con papeles similares los neutrófilos o los eosinófilos (más tipos de glóbulos blancos). Otro tipo de célula implicada en este tipo de inmunidad de la que se hablará más tarde son las células NK (natural killers). Tienen este nombre tan llamativo porque, desde su síntesis, están ya preparadas para destruir. Juegan un papel importante en la destrucción de células cancerosas o infectadas.

diagrama inmunidad innata adquirida

En segundo lugar, tenemos la inmunidad adquirida. Junto a todo este despliegue de medios de destrucción que hemos esbozado en el párrafo anterior, hay un sistema que se encarga de reconocer el tipo de invasor al que nos enfrentamos y de recordarlo para, la próxima vez que nos lo encontremos, tener formas más eficientes de enfrentarnos a él. Sus principales protagonistas son los linfocitos B y T, y se tarda algún tiempo en desarrollar este tipo de inmunidad. Como ya sabrás, esto guarda una relación muy estrecha con las vacunas. Estas muchas veces consisten en virus (o fragmentos de virus) y bacterias debilitadas a la que nos exponemos para que nuestro sistema inmune las reconozca y genere una inmunidad específica, a ser posible sin padecer los síntomas de la infección (es por este motivo que a veces, después de vacunarnos, padecemos algunos síntomas propios de la infección).

¿Cómo actúa el sistema inmunitario?

Ahora que hemos terminado de presentar a los protagonistas, vamos a ver los pasos necesarios en una respuesta inmunitaria genérica y normal:

  1. Reconocimiento. Las células del cuerpo humano tienen en su superficie una serie de moléculas de identificación que son las mismas para todo el organismo. Con ellas, el sistema inmune distingue lo que es propio del organismo de lo que es ajeno. Se llaman HLA y forman un patrón casi único en cada uno de nosotros. Directa o indirectamente, en esta fase las células del sistema inmune detectan antígenos ajenos a nosotros y potencialmente dañinos.
  2. Activación y movilización. Cuando los glóbulos blancos detectan invasores, comienzan, por una parte, a destruirlos o ingerirlos, y, por otra parte, se liberan sustancias que atraen a más células inmunitarias a la zona. Este fenómeno esta muy relacionado con la inflamación, de la que se hablará más adelante.
  3. Regulación. La respuesta no puede ser excesiva, ya que sería perjudicial para el propio organismo. Es por esto que los linfocitos T (un tipo de glóbulo blanco) van segregando citocinas (recuerda: las mensajeras del sistema inmune) para ir aumentando o inhibiendo la respuesta.
  4. Resolución. Cuando el enemigo ha sido neutralizado, los glóbulos blancos que han estado implicados en la eliminación de los antígenos son autodestruidos (es un fin macabro pero necesario para estos héroes), y los que no lo son, se denominan células de memoria y jugarán un papel en el proceso de inmunidad adquirida para reconocer y neutralizar mejor a ese causante de la infección la próxima vez que nos lo encontremos.

Por último en este apartado, vamos a hablar un poco de la inflamación. Es un mecanismo de la inmunidad innata que tiene como objetivo aumentar la concentración de células implicadas en hacer frente a una infección o reparar tejidos rotos y, por otro lado, aislar a los patógenos e impedir su expansión por el organismo. Es propia de la fase de activación y movilización y es un mecanismo eficaz para los objetivos que hemos descrito. 

Pero, como ya sabrás, a veces hay desajustes que pueden derivar en inflamaciones crónicas que ya no cumplen este cometido. Se daría entonces el caso de un fallo en la regulación de la respuesta inmunitaria, y esto redunda en efectos negativos para el organismo. Las causas de una inflamación crónica o dañina son variadísimas: pueden ser agentes biológicos, o condiciones que producen la muerte de tejidos (radiación, frio calor, traumatismos etc.) alteraciones vasculares o determinadas alteraciones inmunitarias, como la hipersensibilidad. 

Hasta aquí la introducción de este primer protagonista. Si quieres saber más sobre el funcionamiento del sistema inmunitario aquí tienes una explicación corta y aquí una explicación un poco más larga. Explorando el segundo sitio que te dejo, puedes encontrar mucha información relacionada e incluso hacer un quiz sobre tus conocimientos.

CBD, un resumen

El segundo elemento de este post, aparte del sistema inmunitario del que ya hemos hablado, es el CBD. Este es uno de los múltiples cannabinoides que podemos encontrar en la planta del cannabis. Junto a otros cannabinoides como el THC, tiene efectos positivos, como el antiinflamatorio, y no es psicoactivo. Esto ha dado lugar a una amplia variedad de plantas de cannabis libres de THC, es decir, no psicoactivas, con presencia del resto de cannabinoides. Una breve lista de sus bondades es la siguiente:

  • Ayuda a conciliar el sueño.
  • Facilita la digestión.
  • Tiene efecto analgésico.
  • Ayuda a aliviar el estrés o la ansiedad.

En el blog ya hemos tratado su posible uso para sobrellevar determinados síntomas y algunas formas de consumirlo. En concreto, te dejo este post sobre este cannabinoide en relación con el THC y este otro sobre la variedad de plantas de cannabis y las propiedades de sus principales compuestos.

cbd y sistema inmunológico

Efectos del CBD sobre el Sistema Inmunitario

Después de esta larga introducción del sistema inmune y de la no tan larga introducción del CBD, vamos a tratar algunos posibles efectos y usos de este sobre el sistema inmune.

CBD e inflamación: una interacción ya conocida

Ya hemos comentado el proceso básico y genérico por el que tiene lugar una inflamación. El efecto antinflamatorio de algunos cannabinoides (entre ellos el CBD) lleva años siendo estudiado y verificado, y se ha aseverado en los distintos posts de este blog. Se resaltó así su importancia, por ejemplo, en la utilidad que puede tener el CBD y otros cannabinoides para tratar los síntomas derivados de la fibromialgia. Pues ahora vamos a examinar un poco más de cerca a qué se debe este efecto.

Ya hemos comentado que cuando hay un evento en nuestro cuerpo, ya sea una herida, la rotura de un tejido, o un encontronazo con algún tipo de antígeno, una de las vías de acción genéricas (es decir, que pertenece a la parte de la inmunidad innata) consiste en favorecer la vasodilatación de la zona. Esto favorece que la sangre se acumule ahí, la posible infección no se expanda y haya un aumento en la zona tanto de células encargadas de combatir la infección como de células encargadas de la regeneración de los tejidos. Toda esta llamada tanto a la vasodilatación como a la presencia de determinadas células se regula mediante mensajeros químicos de los que ya hemos hablado, las citocinas. Algunas de ellas favorecen estas reacciones mientras que otras las inhiben. Se sabe que el CBD y otras sustancias inhiben la producción de las citocinas específicas que favorecen la inflamación, así como fomentan la síntesis de las que inhiben esta respuesta. Aquí tienes, por ejemplo, una pieza periodística breve que habla de esto debido a la publicación de este artículo científico de 2023.

Pero esto no es nuevo. Aquí tienes una revisión de 2015 sobre los efectos del CBD en la inflamación que ahonda más en los eventos y señales que induce esta sustancia. Me tomo la libertad de traducir un párrafo de la concusión de esta revisión: 

"[...] el CBD se ha convertido en un area de estudio en los últimos años. En concreto, sus acciones biológicas son el tema de muchos estudios que sugieren posibles aplicaciones terapéuticas. Se incluyen sus acciones antiinflamatorias en una gama de modelos preclínicos. Algunos ejemplos experimentales son la colitis, artritis inducida por colágeno, neuroinflamación inducida por b-amiloide, quimiotaxis de neutrófilos, heridas por isquemia-reperfusión hepática, encefaliomielitis autoinmune, heridas pulmonares agudas etc."

Como se puede inferir de la cita, es un tratamiento prometedor para paliar los síntomas de una variedad amplia de afecciones relacionadas con la inflamación. 

CBD y células NK, una colaboración mortal

Ya hemos hablado también de quienes son las células NK. Forman parte también de los mecanismos de la inmunidad innata, y se caracterizan por ser capaces de distinguir las células normales de aquellas que han sido infectadas por virus o que sean tumorales con transformaciones malignas. Todo esto lo hace, además, sin ayuda de antígenos sensibilizantes que le indiquen de que tipo es la célula a la que se enfrentan.

Aunque existe menos evidencia de esta relación que de la anterior, tenemos por ejemplo este ensayo clínico de 2023 que, además de incidir en el tema de la inflamación y de la mejora de la calidad del sueño, afirma que la vigilancia y actividad de las células NK sobre las células tumorales (en concreto de leucemia) aumentó en aquellos participantes que les suministraron CBD, no así en aquellos que no estaban suplementados o que eran del grupo placebo. Aquí tienes otro estudio de 2024 que aborda el tema desde una perspectiva más bioquímica. Estudia la interacción del CBD con la producción y acción de células NK contra “células no pequeñas de cáncer de pulmón” (NSCLC, Non small cell lung cancer), obteniendo unos resultados prometedores.

celula nk asesina

Otros efectos del CBD

Me gustaría volver un segundo sobre el ensayo cínico de 2023 ya mencionado. En él no solo examinan la actividad de las células NK de los participantes, sino también la calidad del sueño a lo largo de las 8 semanas que duró la suplementación. Esto se debe a que el trabajo redunda en la relación entre el sueño y el estado del sistema inmunitario.

La conclusión es que hay una estrecha relación entre estos dos factores y que el CBD mejora notablemente la calidad de sueño de los participantes. Entonces, no solo debemos tener en cuenta efectos directos del CBD sobre el sistema inmune, sino que además hay que contar los beneficios que tiene sobre este un buen descanso, la reducción de la sensación de estrés o ansiedad que puede proporcionar el consumo de CBD etc. De todas formas, no olvides que, aunque el CBD puede ayudarte con estos efectos, la mejor manera de cuidar tu sistema inmunitario es llevar un estilo de vida sano independientemente de la suplementación que decidas incorporar. 

Cómo consumir CBD

En relación con todo lo dicho, puede surgir la duda, más que razonable, de cómo consumir esta sustancia (u otros cannabinoides). Por la temática que se está tratando, se va a desaconsejar la vía inhalada, ya que fumar tiene consecuencias negativas para el organismo por todos conocidas.

Una opción si de lo que dispones son flores, es hacer una infusión de CBDAquí te explicamos todo sobre sus beneficios y como hacerla. Pero lo más recomendado si aún no te has decantado por ningún producto es el aceite de CBD u otros cannabinoides, ya que puedes controlar la cantidad de consumo, la concentración del producto y el tiempo de acción de la sustancia es corto.

También puedes considerar, habiendo tratado el tema de la inflamación como hemos hecho, la aplicación tópica de algún gel con presencia de nuestro cannabinoide preferido, CBD, sobre la zona afectada.

Espero que te haya interesado este post y si tienes alguna duda o comentario, no dudes en dejarla aquí y te responderemos encantados.

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